Título original: The Haunting of Hill House.
Editorial: Valdemar (Colección Gótica).
Editor digital: Titivillus (ePub).
Edición: 1 de noviembre de 2008.
Formato: Tapa blanda disponible en Amazon.
256 páginas.
Autoconclusivo.
Sinopsis: Considerada una de las principales novelas de horror del siglo XX, narra el inquietante experimento de John Montague, doctor en Filosofía y antropólogo, que lleva años entregado al estudio de "las perturbaciones psíquicas" que suelen manifestarse en las "casas encantadas". Infructuosamente ha buscado una casa idónea, cuando un día oye hablar de Hill House, una mansión solitaria y de siniestra reputación. Montague decide alquilarla y busca ayudantes dispuestos a pasar una temporada en ella: Eleanor, una mujer desdichada que, tras once años cuidando a su arisca madre inválida, se ha vuelto una persona solitaria; Theodora, joven alegre y curiosa, seleccionada por su increíble capacidad telepática; y Luke, vividor y mentiroso, incluido en el grupo por exigencia de la propietaria, su tía. El objetivo: tomar notas de cualquier fenómeno paranormal que se presente para documentar el libro sobre casas encantadas que prepara el doctor. Las alucinantes experiencias que vivirán en la casa será mejor que el lector las descubra por sí mismo.
¿Cómo empezar a hablar acerca de Hill House?
Si soy honesta, me demoré toda la tarde en escribir esta reseña porque seguía repitiendo palabras y frases que quiero incluir para explicar lo que esta novela, que yo considero una obra maestra, me dejó en la cabeza. Empezando por el hecho de que hace casi un siglo que no leo un libro, que este libro cayera en mis manos (o en mi teléfono, más bien) fue casi una casualidad provocada por la curiosidad que me dejó la serie de Netflix (que vi en una noche, así de obsesionada me tiene).
Antes de este libro, no había leído nada acerca de Shirley Jackson y desde el minuto que empecé a leerlo me arrepentí de no haber intentado dar con él antes. Estoy casi segura de que todos los que disfrutamos del terror vimos la espantosa adaptación cinematográfica de Jan De Bont "The Haunting" -en español "La Guarida"- de 1999 con Liam Neeson y Catherine Zeta-Jones. La verdad es que, cuando vi la película, me pareció tan mala que ni siquiera pensé en investigar si tenía una novela. Pero gracias a la joya que Netflix estrenó hace poco, toda la curiosidad que perdí por la lectura recayó en Hill House y aquello que camina en sus paredes. Voy a dejar la cháchara e ir a la reseña, que como siempre voy a intentar no dar ningún spoiler.
La maldición de Hill House, como bien dice la sinopsis, nos muestra lo que parece ser las aventuras de un grupo de "cazafantasmas" para documentar y estudiar sucesos paranormales en una casa antigua y que es catalogada como malvada. Por las primeras páginas, mientras nos introduce al doctor Mortague (quien lidera al resto del grupo) y su trabajo, una espera que la novela sea acerca de fantasmas y apariciones. Y yo, que ya había visto la película y la serie, siendo mi intención descubrir cual de las dos era correcta y sin haber leído nada de la autora anteriormente, un poco esperaba que los espectros y lo sobrenatural estuviera presente desde el inicio. Pero me llevé una grata sorpresa al descubrir que el libro no es nada de lo que yo creía, sino que es mucho mejor.
Shirley Jackson se toma su tiempo en introducirnos a la historia, a la casa y a los personajes, y por ello el ritmo de la primera mitad de la novela podría considerarse lento, aunque a mi no me pareció aburrido en ningún momento. Justo como a los personajes, me fue sumergiendo en Hill House con una prosa brillante y una sutileza que, cuando surgió el cambio en los acontecimientos, me dejó completamente impactada y confundida en cuanto a qué era real y qué no. Todo el tiempo en que leí las siguientes 100 páginas, me pregunté qué diablos estaba pasando y me inventé mil teorías acerca del final, que me sorprendió bastante.
La narración está en tercera persona pero se enfoca en Eleanor, nuestra querida Nellie y la verdadera protagonista del libro, mediante detalladas descripciones de sus pensamientos y sentimientos. Desde el primer momento que empecé a leer, tuve la sensación de que Eleanor era una persona profundamente trastornada por varios acontecimientos que marcaron su vida y la dejaron, de alguna manera, vacía. Los demás personajes muestran su fuerte personalidad desde el momento que aparecen, aunque no todo es lo que parece, porque mientras más avancé en la historia, las máscaras de encanto se fueron cayendo para revelar la verdadera esencia de cada uno.
Lo que más me gustó de la novela fue la forma en que incluso lo paranormal se veía, de cierta forma, influenciada por los propios miedos de los personajes. Miedo al rechazo, a no encajar, a no se parte del mundo. Eso, agregado a la sugestión por la trágica historia de la casa, crea un suspenso que te tiene en tensión y que te hace cuestionar cada nuevo suceso. El terror se vuelve cada vez más psicológico y me hizo preguntarme qué clase de final me iba a encontrar. Un poco jugó con mi cabeza, true be told.
Estoy alucinada y casi obsesionada con Hill House, con la explicación que propone la historia y con la forma en la que la casa, su reputación y su contacto con lo sobrenatural llegan a influenciar en la mente de los personajes. El final, madre mía ¡El final! Me quedé mirando al techo en el momento en que lo terminé, y cuando mi hermana se levantó, tuve que contarle absolutamente todo lo que el libro me había dejado para sacarme la sensación de perturbación del pecho. Pocos libros me dejan en un estado de reflexión acerca de la realidad, de la línea que la limita y de lo que significa para cada persona, y me hice tantas preguntas (y las sigo haciendo) que me encantaría poder sentarme a hablar con Shirley Jackson por horas.
En fin, hay muchísimas cosas más que me gustaría agregar pero desgraciadamente contendrían spoilers de la historia. No soy la persona más brillante o intuitiva para hablar de estos temas, para ser sincera, pero quería poner en alguna parte todos estos pensamientos porque el libro realmente merece estar ahí fuera. Merece ser leído y conocido mil veces más de lo que es. Shirley Jackson nos deja libertad a interpretación y depende de qué decidas creer es lo que va a definir si estás leyendo terror sobrenatural o psicológico. ¿Es realmente una casa enferma, malvada, diseñada para enloquecer a quien la habite, o es simplemente una casa que saca a relucir la verdadera cara de las personas?
¿Creo yo que en Hill House hay algo sobrenatural? Lo hago, pero estoy segura de que no se reduce a solamente fantasmas que deambulan por los pasillos esperando a asustar a los vivos. Creo que es algo más complejo, es un conjunto de factores que vuelven a Hill House completamente terrorífica. Si existiera (que quizá lo haga en algún lado, quién sabe), quizá en mis días más valientes me atrevería a pasar una o dos noches en la casa. A admirar sus puertas infinitas que llevan a todas partes, sus oscuras y feas habitaciones de techos altos, a perderme entre los pasillos y escuchar las voces de los fantasmas.
Es un libro que recomiendo muchísimo, que espero que lean y encuentren sus propias conclusiones al respecto, y que me las dejen en los comentarios ¡Porque quiero desesperadamente debatir todo esto con alguien!
Espero que les haya gustado la reseña, en la que traté de explayar lo mejor que pude sin spoilear (difícil para mi) y que despierte su curiosidad tanto en el libro como en la serie de Netflix, que aunque no es igual al libro, es excelente. Para retirarme, les dejo uno de mis párrafos favoritos del libro, con la esperanza de que los atrape como me atrapó a mí. Un saludo y hasta la próxima.
-Naty
«Ningún organismo vivo puede mantenerse cuerdo durante mucho tiempo en unas condiciones de realidad absoluta; incluso las alondras y las chicharras, suponen algunos, sueñan. Hill House, nada cuerda, se alzaba en soledad frente a las colinas, acumulando oscuridad en su interior; llevaba así ochenta años y así podría haber seguido otros ochenta años más. En su interior, las paredes mantenían su verticalidad, los ladrillos se entrelazaban limpiamente, los suelos aguantaban firmes y las puertas permanecían cuidadosamente cerradas; el silencio empujaba incansable contra la madera y la piedra de Hill House, y lo que fuera que caminase allí dentro, caminaba solo.»
Shirley Jackson fue una cuentista y novelista estadounidense especializada en el género de terror. Fue popular durante su vida y en los últimos años su obra ha recibido una creciente atención por parte de la crítica. Influyó grandemente en autores como Joanne Harris, Stephen King, Nigel Kneale, Neil Gaiman y Richard Matheson.
Sus obras más conocidas son posiblemente el relato corto La lotería (1948), que sugiere la existencia de un tétrico y estremecedor submundo en las pequeñas ciudades de la América profunda, y La maldición de Hill House (1959).
Hola!! Muy buena reseña. No leí el libro y solo vi dos capítulos de la serie, pero los amé y estoy tratando de encontrar tiempo para terminarla!!
ResponderEliminarBesos
Terrible y escalofriante. A mí me pasó lo mismo. Por medio de la serie (solo que me la reserve hasta leer el libro) llegue al libro.
ResponderEliminar¡Hola! Justo voy terminando el libro y realmente no me gustó. :( Había leído reseñas, y al igual que tú lo alababan, pero a la hora de leerlo siento que no fue nada de lo que esperaba. No me refiero a realmente empezar de golpe todo lo paranormal o algo similar, pero a mí gusto no hubo nada. Siento que realmente no hubo una trama. Lo que sí es que me dejaba varias interrogantes sobre Eleanor y que le pasaba realmente, eso me gustó, pero el final fue algo que no disfruté.
ResponderEliminarHola, justo acabo de terminar el libro... Y me pasó exactamente como a ti, de plano tuve que buscar reseñas, porque sentí que perdí mi tiempo leyendo esto que técnicamente, no llevó a ningún lado...
EliminarHola, acabo de terminar el libro, para mi el terror está en la sugestión y en la mente de cada uno de los que la habitan, lo cual vuelve muy interesante la historia, me deja la sensación de que a veces, es más terrorífico lo que hay en nuestras mentes que lo que hay afuera, gracias
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